Nuestra primera parada, Tromso, la llamada Puerta del Ártico, donde los rigores del invierno son bien visibles, incluso en otoño.
Primero una vista de su emblemático puente sobre el fiordo de Tromso.
El edificio más singular de la ciudad es la llamada Catedral del Ártico, conocida así, no por tener categoría de catedral, sino por estar la más al norte del mundo.
Aprovechando, os presento a mi compañera de viaje, Isa. El edificio tiene una estructura transparente que deja pasar la luz de lado a lado.
Hoy es día de crucero, para visitar los lugares más emblemáticos del fiordo de Tromso. Aprovechando, primero unas vistas distintas de la ciudad.
Y a disfrutar de los paisajes nórdicos, con sus cumbres nevadas y su tenue luz del sol de medio día.
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