lunes, 9 de diciembre de 2013

UN FINDE POR CUENCA

Con la huída del buen tiempo, es buen momento para conocer las bellezas que esconde nuestra Castilla. Son zonas a veces un poco olvidadas pero como en la entrada anterior que hablamos de Albarracín, su encanto es digno de una calmada visita.
Cuenca es una ciudad, pequeña pero con una agradable visión de su casco antiguo, ubicado tímidamente en continuo desafía con el agreste barranco. De ahí sus famosas casas colgadas y el puente que conecta con el espectacular Parador, que nos transporta a una España de siglos atrás.


Y claro está, no es posible visitar esta curiosa provincia sin acercarse a la ciudad encantada, donde sus caprichosas formaciones rocosas nos sumergirán en un mundo casi de fantasía.