lunes, 12 de julio de 2021

Los caprichos de Santiago

Ya en Galicia, pasado el reto de la peregrinación, toca el disfrute de unos días de turismo. Primera parada tras unas horas en Santiago, es Finesterra. Un punto de la península que nunca habíamos visitado, pero que para mí tenía una atracción especial.

Antes que nada, reservar un buena cama en el Hotel Mar de Finisterra, donde recuperar las piernas y de paso, disfrutar de unas estupendas vistas.

Como no podía ser de otra manera, tanto la "utillera" como yo nos habíamos ganado una buena mariscada

 

No podía faltar la visita al faro, kilómetro 0 del Camino de Santiago. De paso, presento a la escurridiza Isabel, que no se deja fotografiar fácilmente, pero que ahí estuvo, de apoyo permanente y sin ella, esta aventura no hubiera tenido lugar.

No podía dejar de poner alguna foto de los famosos atardeceres en Finisterra.

Tras dos días de relax en este paraje tan especial, toca coger el coche y hacer un poco turismo por la Costa de la Muerte, transición con las Rías Bajas. De verdad, un paraíso.

Primera parada, Ézaro, pequeño pueblo marítimo famoso por estar a los pies de las pocas cascadas que vierten sus aguas directamente al mar.

 

 

  Pero como estamos centrados en el ciclismo, la sorpresa fue descubrir el Mirador de Ézaro. Final de contrarreloj en la Vuelta 2020. 1,8 kilómetros con una pendiente media del 14,6%, pero con rampas del 25%. Era duro subirlo andando, pero lo que más dolía era tener la bici en el maletero del coche y no probar la espectacular subida. Para otra ocasión.

 Visita a la playa de Carnota, totalmente virgen en un paraje protegido.

 

Y allí mismo, se encuentra el hórreo más grande de Galicia. No es el de la imagen, pero este que estaba al lado era más "fotogénico".

Y el avituallamiento, en el pueblo costero de Muro. Coqueta localidad con mucho ambiente y buenos chiringuitos para degustar comida gallega.

Y terminamos el tour regresando a Santiago, que el día de la llegada no hicimos ni entrar a la catedral. Así que dos días de visita para disfrutar de sus calles y hacer una sosegada visita al Santo.



Y esto ha sido todo, dos entradas hechas con fotografías del móvil, sobre este improvisado pero apasionante viaje a Santiago, atravesando tierras castellanas.

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