viernes, 25 de octubre de 2019

Viaje a la Grecia Clásica (IV)

Y llega uno de las visitas más esperadas de este viaje por el mundo clásico, Olimpia. No se si es lo más interesante de Grecia, pero solo por su significado deportivo que se ha transmitido tras casi 3.000 años hasta los Juegos Olímpicos actuales, lo hacen un lugar de un atractivo especial.

Entramos y puede que a alguno le decepcione un poco, porque prácticamente, todo lo que se ven son piedras por los suelos, así que lo que hay que hacer es activar la imaginación y de paso, ganas de soñar un poco.

Lo primero que se ve es el Gimnasio y seguido la Palestra, lugar donde se practicaba la lucha y como podéis imaginar, de aquí viene el significado actual de "salir a la palestra".


Y si seguimos la visita, llegamos a la residencia de los invitados y la de los atletas. Hay que entender que llegaban miles de visitantes a presenciar los juegos cada cuatro años, pero estos se alojaban fuera del recinto deportivo, permitiendo sólo pernoctar en el interior a los atletas y a invitados distinguidos.


También había edificaciones conmemorativas sin una utilidad específica, como el Filipeo, construido por Filipo II  con motivo de la victoria en la batalla de Queronea.Único tempo dedicado a humanos, en lugar de dioses.


Pero lógicamente, como era lo habitual en el mundo griego, no podían faltar los templos para la adoración de los dioses, como el templo Hereo, dedicado a la diosa Hera


Y lo que no puede faltar en unas olimpiadas, la llama olímpica.


La imagen puede llevar a equívoco, la llama se encendía en el altar de Zeus del primer plano. La construcción del fondo es un construcción romana posterior.

Y aunque con poco protagonismo de piedras, el estadio donde se celebraban la gran parte de las competiciones. Era una espacio con gradas naturales en pendiente donde se colocaban los espectadores. A la derecha de la imagen se puede observar la "exedra" donde se colocaban los jueces y los ciudadanos de especial categoría.


Os podéis imaginar qué sería en aquella época salir al estadio por este pórtico-túnel  donde esperan vociferantes 46.000 espectadores. Tenía que ser algo espectacular. Además, cuando un atleta era seleccionado para ir a los juegos, pasaba automáticamente a pertenecer a la alta sociedad.


 Y bueno, aprovecho para presentar a nuestra guía griega y parte del grupo. No hay mas que mirarles las caras para echarse unas risas.


 En pocos días nos vemos saliendo del Peloponeso.



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