Llega el momento mágico, la noche de Reyes con todo lo que supone de alegría, especialmente para los más pequeños de la casa, pero también para los "menos pequeños". Este año, con la Nueva Navidad que estamos viviendo, ha sido una noche distinta, pero manteniendo su esencia mágica.
Primero, no podemos olvidar a nuestros mayores, que en muchos casos han tenido que vivir los Reyes Magos dentro de un ambiente menos caluroso, con menos abrazos y sonrisas. Para paliar esta pasajera carencia, hay bonitos detalles como el de la Parroquia de Zariquiegui, entregando regalos a las abuelitas y abuelitos sin familia, que conviven en la residencia de las Hermanitas de los Pobres de Pamplona.
Llega el momento de enviar las cartas y nada mejor, que hacerlo directamente a los Pajes Reales, este año, con una medidas higiénicas a las que ya se han familiarizado los benjamines de la casa.
No puede haber cabalgatas, por lo que ha habido que usar el ingenio para hacer que sean unas fechas inolvidables para nuestros peques. En Pamplona, la tradicional cabalgata se reconvirtió en un espectáculo en el Navarra Árena. Éxito de asistencia y tímidas sonrisas ocultas en la cara de los niños.
En otras localidades, como en Zariquiegui (Navarra), Sus Majestades enviaron a los pajes por las casas, para saludar a los niños y darles un pequeño regalo como anticipo. Otra forma de llevar la alegría a nuestros hogares, en los que, este año, tantas horas hemos convivido en familia.
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