Con la llegada del fin de año, dos son los aspectos llamativos de las calles pamplonicas, la San Silvestre, con todo el ambiente de corredores y espectadores que genera en el centro; y los disfraces, que salpica de colorido las calles. Sin embargo, este año sobrecogía pasear por la ciudad, no había apenas corredores, a pesar de la organización de la San Silvestre virtual, y no había personas disfrazadas.
Como muestra, un corredor en solitario haciendo supuestamente el recorrido de la tradicional San Silvestre y un grupo de adultos con el toque "cotillon", que llamaba la atención ante la ausencia de disfraces.
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