Pero primera parada, la centenaria ciudad de Marrakech, como inicio de la inmersión en la cultura morisca.
Nos estrenamos en este viaje con los jardines de la Menara, lugar de recreo de la dinastía almohade en el siglo XII.
Seguimos y nos dirigimos a la Medina de la ciudad, que tiene varias entradas.
Y una vez dentro, nos enfrentamos a sus angostas callejuelas, con su famoso zoco.
Dentro de la Medina, visitamos la madrasa de Ben Youssef, antigua universidad cuyos inicios datan del siglo XIV.
Y no podíamos dejar de visitar la plaza Jemaa el-Fna, reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad.
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