Lo que más llama la atención es la belleza y tranquilidad de su centro histórico. En primer lugar, el Ayuntamiento.
Seguimos por su catedral.
Nos perdemos por sus relajantes calles.
Y terminamos observando el escaso tramo que aún se conserva de sus murallas.
Un atención especial se merece la fuente prerrománica del siglo IX.
Y cerramos la jornada con una visita al Parque San Francisco.
Mañana cambiaremos a la zona más oriental del Principado.
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