Como primera parada, nos adentramos en la localidad de La Fresneda, pequeño pueblo donde la piedra, como en el resto de la comarca, es la principal protagonista.
Fue un lujo poder visitar el interior de la Iglesia de Santa María la Mayor, templo de grandes dimensiones, pero que se encuentra en estado ruinoso, a pesar de que, en dos ocasiones al año, se utiliza para el culto.
Detalle del porche de la Casa de La Encomienda, vivienda de los principales nobles de la villa.
En la iglesia del pueblo dedicada a la Virgen del Pilar, de uso diario, lo que más me llamó la atención es la imagen de la Dolorosa, único paso que sacan en Semana Santa, junto al Cristo Crucificado.
Dejamos La Fresneda, pero seguimos el viaje por esta singular comarca del Matarraña.
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