Hoy tras una nevada de medio metro en Zariquiegui, una cantidad sorprendente para lo que nos toca ver estos años, me he decido mostrar con fotos la dureza del Camino de Santiago, manifestada en esos valientes, muchos solitarios, que deciden aventurarse por estas sendas en pleno invierno.
La sierra, impresionante, con su más de medio metro de nieve, con el doble en zonas de ventiscas y un cielo amenazante que no facilitaba para nada el optimismo.
Así lucía Zariquiegui de par de mañana.
Pero hay que ponerse en camino y "asustarse" con lo que les espera. Quiero primero aclarar que las imágenes van a la inversa, sacando de la cima hacia abajo. Pero eso lo explicaré mejor en la última imagen, que es de esas que me han dejado huella.
Un continuo fluir de peregrino, una docena aproximadamente durante toda la mañana y por lo que he tratado con ellos, todos de fuera.
Esta chica coreana reflejaba en su cara la odisea de ascender en solitario entre nieve casi virgen y ventisqueros durante dos kilómetros. Realmente la mañana ha sido dura.
Como colofón a la serie y como he indicado al principio, la imagen de este joven chileno ascendiendo desencajado el último tramo de la sierra. Ha sido una experiencia muy interesante. Lo he alcanzado a mitad de subida, cuando iba siguiendo sus huellas. El habría camino, el primero en subir esta mañana, con su mochila de siete kilos. Iba exhausto y con la duda de si seguía bien la ruta, ya que se encontraba solo en la sierra. Me he puesto delante, abriendo camino y charlando con él, mientras le daba ánimos. Hace la peregrinación por motivos religiosos, por eso no le importaba que se le hiciese "más cuesta arriba" de lo previsto. No quería llamarlo penitencia, pero tampoco me ha confesado el motivo de su peregrinar.
Es curioso pensar, cuando ya estás en casa, duchado, comiendo cómodamente junto a la calefacción; las inclemencias que aun les queda a estos valientes del Camino para llegar hasta Puente la Reina, totalmente empapados y desfondados. Sin embargo, ahora que ya estarán descansando y a pesar de la dureza de la jornada, supongo estarán muy orgullosos y satisfechos de las experiencias vividas durante la caminata.
Hoy esta entrada de fotos es un homenaje a ellos, los valientes del Camino, deseando que estén ahora junto al fuego en el albergue de Puente la Reina con un cuenco de caldico del peregrino caliente entre las manos.
Y mañana, volverán a surcar el Camino.
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