El día de Navidad, buen paseo para rebajar los excesos de la noche anterior.
La mañana nos brindó un paisaje, frío pero espectacular, envueltos en una húmeda niebla que nos hacía flotar en una inquietante atmósfera.
Buen momento para aprovechar a inmortalizar el blanquecino decorado que difuminaba el paisaje. Como muestra, estas pocas imágenes.
1 comentario:
¡Qué fotos más bonitas!
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