Primera noche que hacemos en el Camino. No es que vayamos precisamente de albergues, pero por lo menos sentimos un poco más la esencia de lo que es el camino y sus gentes.
El amanecer en una cama distinta, un desayuno con las primeras luces del alba y vuelta a hacer kilómetros.
Esta etapa tiene un interés nato por la huella que Santo Domingo de la Calzada dejó en la ruta de los peregrinos, además de ser el cambio de Comunidad Autónoma; entramos en Castilla y León.
La catedral de Santo Domingo de la Calzada nos da los buenos días, ante una incipiente mañana veraniega.
El santo nos despide y a buen seguro nos desea "buen camino, peregrinos".
Abandonamos Santo Domingo, arropados por anónimos compañeros de peregrinación.
Un camino que es una cruz, pero que se lleva con alegría .... y un poco de calor.
No todo es caminar, también encontramos pintorescos rincones para el descanso, como esta curiosa terraza de Viloria de Rioja, ya en provincia de Burgos.
Viloria, pueblo natal de Santo Domingo de la Calzada. Curiosa iglesia con una construcción tan original y donde se conservan las reliquias del Santo. Por cierto, iglesia abierta por las mañanas para ser visitada por los peregrinos.
Y su casa natal, en pleno proceso de rehabilitación.
Pero el destino es el destino, y tras una refrescante cerveza, llegamos a Belorado, con su característica iglesia de Santa María la Mayor.
Y alguno de sus acogedoras callejones.
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