La dejamos para el verano por la gran dificultad y riesgo de esta etapa, donde la climatología es un factor determinada para esta ruta que supera los Pirineos a 1.400 metros de altura con más de 15 kilómetros sin ningún tipo de población ni albergue.
Elegimos un bonito día de verano, luminoso pero sin exceso calor, lo cual ayudó enormemente a superar las empinadas rampas que acompañan incansablemente durante la primera veintena de kilómetros, aderezadas con una posterior bajada, verdadera tortura para las cansadas piernas.
Y nada más empezar, se nos presentan las primeras cuestas.
Etapa en la que a los ciclistas no les va mucho mejor.
Pero conforme se van superando los collados y otras dificultades, siempre hay tiempo para una selfish.
Y seguimos subiendo .....
.... entre hitos, mojones y otros pequeños monumentos.
Y aquí mi imágen preferida, la cabaña refugio del Gobierno de Navarra; lugar de salvación para muchos peregrinos en serias dificultades. Me sirve de reconocimiento a los equipos de salvamento y cuerpos de seguridad que tantas vidas han salvado en esta traicionera ruta.
Para terminar, un retrato de los tres intrépidos peregrinos de esta "cañera" etapa.
Por cierto, en esta última imágen, tomada en la fuente de Roldan, a la entrada en Navarra - España; aprovecho a recordar la importancia de llevar en esta etapa ropa de abrigo, víveres y agua; está en juego nuestra seguridad.
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