Entre viñedos, chapoteando por los caminos anegados y con el constante ruido de las gotas rebotando en el paraguas, nos adentramos en la provincia del vino, Logroño, ciudad próxima y menuda que nos recibe tras una corta etapa pero marcada por la dureza de la impertinente lluvia..
No es un día fácil para expresar el camino en imágenes. La servidumbre del paraguas en esta cruda mañana obliga a renunciar a planos, que en otros momentos aportarían sentimientos más profundos. Aun así el instinto empuja a reinventarse y superar estas adversidades, que incluso pudieran ser oportunidades.
Salimos de Torres del Río con esta curiosa tienda para el peregrino, donde la confianza es la base del negocio.
Nada mejor que esta cruel mañana para apreciar los refugios para peregrinos, además de otros colectivos, tan numerosos y característicos en esta zona.
Tras nuestro paso por Viana, bucólica imagen que nos deja la lluvia a nuestro paso entre viñedos
Un cielo gris nos recibe a nuestra entrada a Logroño. La tarea ya está hecha.
Y como no puede ser de otra forma en esta tierra, unos merecidos pinchos regados con los famosos caldos de la Rioja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario