Así que yo como ayudante de cámara y parece ser que incluso protagonista, nos ponemos a documentar la historia de esta marca familiar de la que somos parte. El viernes tocaba visita a la antigüa fábrica de embutidos del barrio de Echavacoiz, en Pamplona, ahora abandonada a la espera de su derrumbe y desaparición definitiva. Luego tocó el turno al piso de la Calle Mayor, donde en su cocina la abuela Cipriana elaboró las primeras morcillas de la marca.
De momento, esta primera aproximación al trabajo de Iranzu y su equipo. En sucesivas entradas iremos viendo el trabajo de estas jóvenes promesas de la comunicación audiovisual, pero el trabajo definitivo no podremos desvelarlo hasta su presentación.
Lo primero, la presentación del equipo de producción del documental. Es una imagen tomada dentro de la antigua fábrica, aprovechando los tenues rayos del atardecer. De izquierda a derecha Sara García, Naiara Florez e Iranzu Larrasoaña.
Una fábrica que ha perdido su vieja impronta y de la que a duras penas puede vislumbrarse el nombre que impulso comercialmente la marca.
Y como colofón, la cocina donde se elaboraron los primeros productos de chacinería y a pesar de la evidente transformación, María Asun, hija de los fundadores, trata de explicar al equipo como era la vida en esa cocina hace más de 70 años.
Seguiremos relatando noticias sobre este apasionante proyecto.
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