El segundo día tomamos rumbo al interior y como primera parada Banyoles, donde su espectacular lago unido a una soleada y apacible mañana, nos animaron a hacer la ruta a pie que rodea todo el lago, disfrutando de unas magnificas vistas.
En Portlligat visitamos la casa de Dali, donde la guía nos despertó la curiosidad sobre su vida y obra. Así que fue obligada la visita a su museo en Figueres. Como no podía ser de otra forma, y teniendo en cuenta que Dalí participó en su diseño, la originalidad de cada uno de sus rincones es excepcional.
En busca del buen vino catalán, nos dirigimos a la localidad de Peralada, donde se impone su castillo, actual casino y junto al que se está construyendo la actual bodega de Peralada, hermanda comercialmente con las bodegas navarras Chivite y Pago de Cirsus.
Y con la visita a la tienda de la bodega de Peralada, se terminó el segundo día en la Costa Brava.
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