Va viéndose la luz después de más de un año con el bichito ese haciendo de las suyas, pero gracias a las vacunas, la vida social empieza poco a poco a retornar y con ella, la posibilidad de viajar, de momento por el interior. Así que con unos días de vacaciones que había que gastar, me puse camino de Santiago de Compostela.
Condiciones, siete días de ruta en bici por carretera, a una media de 120 km día y con coche de apoyo, para no tener que llevar alforjas. Y por supuesto, con material de ConorBike, todo de la tierra. A través de fotografías, os cuento cómo fue mi pequeña aventura para celebrar el nuevo periodo de seminormalidad y meditar sobre lo que nos ha tocado vivir.
Primero, presentaros la máquina con la que disfrute los siete días de ruta, la Volcano de Conor.
Quedan por delante siete etapas de más de cien kilómetros cada una. Como aperitivo, a subir Ibañeta por el lado norte, 15 kilómetros, que con mañana primaveral elegida, fue todo un paseo.
Primer obstáculo superado.
No se puede continuar sin un alto en la Colegiata de Roncesvalles. Un buen café y un poco de meditación en la capilla de su colegiata, lugar donde muchos peregrinos, desde la Edad Media, busca consuelo y esperanza.
Irache - Belorado: Pernoctando en cama propia, ventaja de "jugar en casa", tras una calurosa jornada de trabajo, vuelta a la bicicleta. Viana, última población del Camino a su paso por Navarra, momento idóneo para visitar su iglesia.
Es una tarde calurosa con amenaza de tormenta. En el momento del refrigerio, no era consciente de la que se me venía encima. El paso por Logroño era complicado, todo por vías rápidas poco adecuadas para ciclistas, además de ser complicado coger la carratera a Navarrete y tener que dar un rodeo mayor de lo esperado. Como colofón, tormenta, agua, viento ........ tarde difícil para pedalear solo por ese infierno de tráfico, agua y viento.
Belorado - Carrión de los Condes: Un breve descanso y con otro día primaveral, a subir los Montes de Oca. Para lo que quedaba, eso no era "na de na".
El paso por Burgos fue mucho más agradable que el de la capital de La Rioja. Una avenida que recorre el sur de la ciudad castellana, con su carril bici. Buen momento para el almuerzo. Y a la salida de la ciudad, un saludo a este singular peregrino.
Carrión de los Condes - León: Por las llanuras castellanas es donde más se hecha de menos la compañía de los colegas ciclogloberos. Rectas y rectas sin conversación y sin una rueda amiga. La suerte hizo que las mañanas fuesen calmadas, sin apenas viento, que hicieron más soportable la travesía. El sacrificio, bien se merecía una cerveza en la Plaza Mayor de León.
León - Ponferrada: Una de las etapas que más disfruté. Salida de León y visita a Astorga, espectacular ciudad en las estribaciones de los montes de León. Buen lugar para un refrigerio antes de iniciar la escalada.
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